jueves, 20 de octubre de 2016

Sotto il mare

Me siento una briccola en medio del mar veneciano. El tiempo, en forma de corriente, pasa a ambos lados, me empuja, pero no me muevo. Me he quedado estancada ahí. Mi cuerpo se ha movido, pero mi corazón se ha quedado atrapado en el Gran Canal, en la Piazza dei Signori, en la Speccola. Me sorprendo a mí misma deseando coger la bicicleta del garaje sin poder hacer ruido para no molestar a mis "adorables" vecinos y dar un paseo sin frenos bajo la lluvia. 

Puede que también pueda enamorarme de los lugares.
Puede que, simplemente, no haya podido desenamorarme de ti todavía y mi refugio fuese esa ciudad.

Sea lo que sea, yo estoy perdida en medio de este mar, que es el tiempo.

Y nadie me encuentra.

jueves, 5 de febrero de 2015

General Sherman y cómo Sam Bell volvió de la luna.

Cuando todo esto empezó no le di importancia. Ninguna importancia. No es noticia que no soy muy dada a la suerte, eso lo sabéis todos, pero, por primera vez en mi vida, me lo tomé con optimismo y dije que no pasaría nada, que era una mala semana. 

Cuando llevaba dos semanas así empezaba a pesar. Una mochila un poco más grande de lo normal. Decidí mantenerme ocupada y no pensar en nada. Tenía cosas que hacer y no fue muy difícil.

Cuando se cumplió un mes decidí volver a casa. Mamá siempre va a hacerlo bien. Me compré una cobaya y lloraba todo el rato. La mochila se había convertido en un contenedor enorme de gasolina y me escocían las heridas que, poco a poco, se habían ido reabriendo.

Pasó otra semana de llantos, abrazos y mantas por encima de la cabeza. Yo no paraba de escuchar Zahara y soñaba con huir al general Sherman, como ella.  Cuanto más cerca de mis estrellas estuviese mejor me encontraría.

Ha pasado otra semana más. No he huido de aquí. No salen las estrellas. Nieva, me hace daño a los ojos y a la suerte. Hoy me he caído y la verdad es que no tenía ganas de levantarme. Solo quería tumbarme en el hielo y esperar a que mi Sam Bell viniese a buscarme y me metiera en la bañera, como Freddie a Effy. 

Esta noche no puedo. Los nubarrones tapan directamente mis ojos. Me está entrando afonía y quisiera dormir hasta dentro de 1000 años con Sam Bell para despertar y tener una mascota llamada Mordisquitos. 

Pero no puede ser. Mañana tengo examen. Y cada minuto que pasa grito más fuerte para mis adentros lo más básico que nadie podría oír.

Sam Bell, llévame contigo a la Luna.

lunes, 20 de octubre de 2014

La noche eterna (Agosto de 2012).

Miro al cielo de noche, apoyada en el marco de mi ventana. Hoy parece que las estrellas me están saludando desde arriba. Exhalo una bocanada de humo y lo observo flotar hacia arriba. 

Sueño despierta (como siempre) con un viaje a la Luna y un baile vestidos de etiqueta, con escapadas a Saturno a patinar en sus anillos, la noche eterna de fondo. Besos en la inmensidad de Júpiter y café con mucho azúcar en Plutón. Y luego paseamos hacia el Sol y, pum, te desvaneces de repente, parece que te has evaporado. Y ahí me quedo yo, bailando sola en la Luna, un raspón en la rodilla por patinar en Saturno y la taza rota sentada en Plutón. 

Me despierto de mi ensueño con polvo lunar en las manos. "La noche eterna" suena en mi cabeza sin parar. El cigarro se ha consumido, el cielo se ha cubierto. Las estrellas no pueden aguantar ver una sonrisa tan triste.




¿Quieres saber cuál es la canción que inspiró este texto? Escúchala aquí.



martes, 1 de abril de 2014

Soul.

A veces me da por pensar en lo pequeños que somos respecto a esa gran cosa llamada "Universo" que me marea cuando la intento imaginar. No me sale hacer la típica reflexión de que la vida es muy corta y solo somos un puntito entre miles de trillones de estrellas gigantes. ¿Por qué?, os preguntareis. Es fácil.

Me parece que lo que una persona tiene dentro gana a todos los universos existentes. Que incluso el sentirse pequeñito respecto a ese gran espectro conlleva una reflexión interna grande. Las personas, pensamos muchísimo, imaginamos, soñamos despiertos, sentimos... Y eso, aunque ahora esté mitificado a más no poder y se vea desde el punto de vista (valga la redundancia) más romántico del mundo, no siempre tiene por qué ser bueno.

Puestos a comparar, yo, con mi obsesión con el cielo, lo haría con ese mismo universo del que hablaba antes. Cada persona es un universo. No tiene por qué estar plagado de estrellas. Puede ser una nada negra infinita, un montón de espirales de colores, o una simple línea blanca que se estire hasta perderla de vista. Cada vez que lloramos, una de esas estrellas muere. Cada vez que reímos se ilumina una nueva galaxia. No sé.

¿Y si el alma es el universo?


miércoles, 26 de febrero de 2014

Un pequeño cuento.

Érase un hombre que vivía enamorado de una musa. Una mujer que, para él, era la más bella. Le gustaba compararla con la Luna que brillaba en el cielo en las noches de verano. Para él, ella era la cosa más brillante. Un día, su musa se quedó dormida. Él, después de observarla un rato, salió a la ventana a observar la Luna llena de aquella noche de Junio. Después de mirarla hasta que le dolieron los ojos, entró a la habitación a ver a su amada. Pero, al mirarla, se dio cuenta de una verdad que le cambió.

Estaba enamorado de la Luna,
no de su musa.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Puestos a recordar...

No hay pregunta más difícil que "¿Qué es lo más bonito que han hecho nunca por ti?". ¡Es lo más complicado del universo! Porque te pones a recordar y salen tantas cosas buenas de tanta gente... En mi caso, como todos sabéis, salen las cosas románticas. Situaciones de libro para mujeres cincuentonas que buscan romanticismo puro. Y saltan a mi memoria siempre las mismas. Una tontería para vosotros seguramente, queridos susurritos, pero que fueron un planeta para mi.

Me viene a la memoria, por ejemplo, una llamada bien entrada una noche de horror que alguien quiso hacerme en lugar de ir a una fiesta. Recuerdo una noche en vela con alguien que me cuidó al estar enferma y me cantó hasta que me dormí una canción con muchísimo significado para los dos. Un beso que pedí y, aunque no tuviera que haber sido, fue. Un rasgueo de guitarra, una caricia. Aquel poema improvisado. Un consejo: "el mundo es de los valientes Claudia, cuanto antes actúes menos dolerá si fracasas". Una visita en una noche de esas en las que los problemas atacan fuerte. Una carta, una flor. Una llave prestada desde otro continente. Un regalo escrito a mano con mi dulce favorito incluido. Seis horas de monólogo sin pedir nada a cambio. 7 películas en 7 tardes preciosas sin rechistar. Cumpleaños sorpresa. Espolón en invierno, la quinta en verano. La paciencia que tuvisteis aquel horrible verano. Horas de clase perdidas por escucharme. El Sol, la Luna y unas reliquias de la muerte improvisadas solo para que sonriera al escuchar "señorita Ravenclaw". Noches en un conservatorio. Cigarros a la puerta de una biblioteca escuchando siempre lo mismo sobre la misma persona y dándome la razón como a los tontos solo para que me sintiera bien. Un concierto increíble con mi mejor amiga.Una fiesta "ibicenca" en una playa. Leche con galletas las noches tristes (mamá, es lo que más me anima del mundo). Un dibujo pegado en una agenda... 

Y aún con estas, aún teniendo tantas y tantas cosas en las que pensar, no sabría elegir la mejor, porque TODAS me han emocionado de alguna manera. Seguiré sin sonreír nunca (ya sabéis que la Luna no sonríe), pero debéis saber que los pequeños detalles son lo más importante. Las cosas que hacéis sin querer, las cosas que salen solas, son las que hacen que la luz siga encendida. Cada persona es un mundo, pero en el fondo todas tenemos algo en común. A todos nos gusta que nos hagan sonreír.


Magia y efectos especiales no sé, pero esta canción hace que algo revolotee en mi tripa.


martes, 8 de octubre de 2013

Noches reversibles.

Llorar es algo malo y bueno. Es malo por las circunstancias en que lo haces (normalmente), triste, solo o estresado por algo. Yo, pequeños susurritos, nunca he llorado de felicidad. No se lo que es eso, con lo cual mis circunstancias nunca son las mejores. Pero es bueno porque desahoga. Te permite liberar esa tensión, esa tristeza y esa rabia acumulada de una manera muy eficaz y un tanto incómoda, todo sea dicho. En mi caso llorar no ayuda mucho, creo que ya he acostumbrado a mi cuerpo a ello. Por eso cuando lloro ya no me concentro en ese problema que me ronda la cabeza, en esa cara que no debería aparecer tanto o en lo que debería decir a esa otra persona. Me concentro en las lágrimas. Gotas de agua salada que resbalan hacia abajo. Que mojan. Que dejan surcos negros (en ocasiones). Y hoy, me ha dado por pensar en ellas y, como no, encontrar una pequeña metáfora.

Pensaba y pensaba... Hay dos tipos de lágrimas. Aquellas que bajan por tu cara dejando un pequeño rastro salado, desgastándose hasta que la gota desaparece y las que caen al vacío. Y no podía evitar compararlas con esa cosa llamada "vida".  Se me ocurría que el primer tipo eran las personas normales. Viven hasta desgastarse, dejando huellas por su camino incierto, hasta que no pueden avanzar más por cuestiones físicas y mueren. Incansables, bajan y bajan hasta encontrar el fin al que están destinadas. Pero... ¿Y aquellas que caen al vacío? Mueren sin más. No pueden sino lanzarse a lo desconocido, a un vacío que les será letal. Este tipo me hacía reflexionar sobre ciertos consejos que una vez alguien me dio. "Lánzate a las oportunidades - decían - y no tengas miedo a lo que pueda pasar." Tonterías. ¿Desde cuándo una persona tiene que ser confiada? Mira esas pobres lágrimas. Lo desconocido puede ser maravilloso, si. Pero puede ser también un error garrafal. 

Después de dar unas cuantas miles de vueltas a esta pequeña teoría la conclusión ha sido clara (y bastante más positiva de lo que yo nunca habría pensado), y es que el miedo no es malo si se tiene en su justa medida, pero no hay que justificar todo con el miedo ni tener un pánico exacerbado a todo. El miedo en su justa medida indica prudencia, en exceso muestra inseguridad. Por ello, y concluyendo, os lo digo, susurritos, sed más valientes pero más miedosos a la vez. Y pensad. Sobre todo pensad. Os vais a evitar mucho mal con esto.


   Hasta aquí llegó el ritual de enfados y canibalismo estúpido... Y hasta aquí puedo leer. 

jueves, 29 de agosto de 2013

Vapor.

Ha pasado un tiempo desde que la tormenta de mi vida arreció contra mi y destrozó eso a lo que vosotros llamáis corazón. He de decir que siempre, en alguna parte del cielo encapotado, hubo rayos de luz que me hacían ver lo que había a mi alrededor y que no me perdiese en la melosa oscuridad. A medida que pasaron los meses se me fueron apareciendo soles que contrastaban conmigo, la sola y blanca luna. Y esos soles disipaban las nubes negras y hacían todo un poquitín más colorido, cosa que yo agradecía con creces. Pero al aparecer esos soles había una cosa que me fascinaba. Ellos también provocaban nubes... Pero en vez de ser negras y espesas eran blancas y ligeras, hasta parecían blanditas. Siempre quería saltar y caer encima de una de ellas para volar por el mundo subida en ella. Hasta que salté, inocente de mi, en una grande y preciosa. Y la atravesé, y caí mojada al suelo. (Gracias a dios que es mi imaginación y la controlo como quiero y el suelo estaba blandito cual colchón de plumas). Con extrañeza miré al cielo y a la nube. No tenía ningún hueco. Entonces empecé a comprender, y llegué a la conclusión de que por muy perfectas y consistentes que parezcan las cosas puede que sea todo una ilusión. Que estén hechas de vapor de agua que vuela alto y libre por ahí. Al fin y al cabo, también son nubes, ¿no? 

lunes, 24 de junio de 2013

Luna

Cuando las noches se hacen tan tristes que no puedo soportarlo me gusta mirar a la luna. La luna redonda y blanquísima que siempre entra por mi ventana a eso de las doce. La observo, callada. Tan bella, tan majestuosa... Y tan sola. ¿Cómo podrá soportar estar ahí arriba? Luego pienso, "Claro, se distraerá observándonos." Y me suelo preguntar si me habrá observado a mi alguna vez como yo la miro a ella en tantas noches en vela. Y me doy cuenta de que somos tan parecidas que hasta me asusto y tengo que apartar la mirada un rato. Porque ambas estamos rodeadas de algo oscuro que nadie puede entender por más que se esfuerce, y somos incapaces de ver las estrellas a nuestro alrededor. Las dos tenemos a alguien que brilla mucho más y es mucho más amado que nosotras pisándonos los talones... y las dos estamos solas.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Meta

Hay quien hace su camino de puntillas, sin apenas hacer ruido. Otros, en cambio, pisan fuerte tratando de dejar huellas difíciles de borrar. También les hay quienes lo hacen bailando, con finos y elegantes movimientos que les hace verse bellos, como criaturas únicas.

Unos lo hacen cansados. Otros caminan cantando. Hay personas que intentan avanzar y no lo consiguen. Les hay caídos. Hundidos en arenas movedizas que les atrapan y, por ello, no pueden proseguir hacia la meta. Y les hay fuertes, aquellos que portan armadura, espada y escudo y luchan.

No puedo evitar preguntarme qué es lo que hago yo aquí. Ahora estoy parada, observando cómo lo hacen los demás. Observando lo que ya he caminado y lo que se abre ante mis pies. Analizo cada paso como si fuese el último, porque, ¿Quién me dice que no lo será? Miro mis huellas. Mis pies. Mi alma. Mi vida.

martes, 30 de abril de 2013

Amanda

Ojos cerrados y mente en blanco, ya no sabe si por la droga o por el cansancio. Las luces titilan a su alrededor mientras ella se tumba en su cama de reina, un futón con sábanas naranjas. Abre los ojos. Ah, ¡Cómo le gusta esa parte de su habitación! Un techo plagado de fotografías, de recuerdos plasmados en papel. Cada una tiene su historia, y por eso, ella se encargó de escribir cada historia en el reverso de ellas. Así cuando no esté otros podrán vivir lo que ha vivido ella. Pero, ¿Qué hora es? Aún es pronto, se dice. Y sigue mirando su fabuloso techo de cuentos.

Está inquieta. Tiene una sensación rara. Es darse cuenta y una foto se despega del techo y baja planeando despacio hasta su pecho, donde aterriza suavemente. Observa la imagen. Se ve a si misma unos años antes, con el pelo de otro color, más largo y los ojos muy maquillados. Ropa oscura y poco elegante, se ve una pared grisácea llena de pintadas detrás. Con los dientes sujeta un cigarro por encender, en la mano un cubata de color oscuro, probablemente Jack Daniels con Coca Cola. Se está riendo de algo. Pero no se acuerda de esa historia. Da la vuelta a la foto:


         "Verano del 99. Madrid. Te acababan de dar ese cigarro
    después de estar mendigando por todo Callao con un cubata
    en la mano. Te reías porque me compré una camiseta
    sin mangas y me quedaba muy gay. Esa noche fuimos de fiesta
    a Chueca y probaste por primera vez el speed. Después hici-
    mos el amor en el coche. No sabes cómo te quiero, pequeña.
    ¡Espero que pegues esto en tu techo a medio terminar! Es mi
    foto preferida. Feliz cumpleaños Am. Te quiero.
                                                     Alex."

¡Vaya! No se lo esperaba. Se queda paralizada y se le cae la foto al suelo, repleto de ceniza y envoltorios. Cuántos años han pasado ya... Y aún lo echa de menos. Es increíble. Dos lágrimas resbalan por su rostro atormentado, dejando a su paso dos senderos de color negro. Qué bonitos años. Cuánto aprendió de ese chico. Era 5 o 6 años más mayor que ella, tenía algo de barba y era muy alto y grunge. Le inició en el arte del sexo y las drogas. Era su maestro.

Se sienta en el suelo y se limpia la cara. Una lástima que cometiera el error que destrozaría todo y, por tanto, lo destrozó a él. Saca la pistola de la caja donde lleva años oculta, bajo la tercera baldosa empezando desde la izquierda del pasillo. No se arrepiente. Tuvo que hacerlo. Tuvo que matarlo.

Qué

No me entiendo. No entiendo que no sea capaz de quererme ni un poquito cuando todo el mundo ahí fuera carga sus grandísimos egos. No comprendo que nunca haya sido capaz de mirarme al espejo y sonreír satisfecha como todo el resto del mundo. Me pregunto por qué no destaco nunca en nada. Siempre creí que cantaba bien, pero no. Creía que escribía bien, pero tampoco se dio el caso. Nunca terminé mis estudios de piano, de hecho no me acuerdo de nada. Dejé el ballet al año de empezar. No soy capaz de sacar una buena fotografía ni de vestir con un estilo especial. No tengo ni idea de como coser. No destaco.

¿Por qué no nací especial? Llevo toda la vida engañada con eso de que todo el mundo tiene un don, pero no. Me saltaron al repartir habilidades, bastante tengo con cargar conmigo misma. Inestable mentalmente, irregular en los estudios, penosa en el trato con los demás. Me dan ganas de pedir perdón por mi simple y mediocre existencia.

Y, ¿Qué pasaría si no existiera? Todo sería mejor para todos. El mundo se ahorraría una bola depresiva que contesta mal y solo sabe hacer daño y armar jaleo. ¿Qué pasaria si no existiera?

martes, 23 de abril de 2013

Time

No entiendo la filosofía. No puedo llegar a comprenderla. El hombre tiende a buscar algo más allá, algo que nadie nunca nos podrá confirmar. Y gracias a eso surge esta ciencia, o como quieras llamarla, que busca dar una explicación lógica a todo. ¿A quién le importa? Somos seres insoportablemente cuadriculados, tenemos que saber todo. Eso sí, luego pregunta a quien quieras que si vive la vida que te va a decir que por supuesto. Que lo que valora son las cosas pequeñas y que "carpe diem" por encima de todo. Y yo siempre me río y pienso en lo irónico que es que me digan eso mirando al reloj porque tienen que irse corriendo al cine. Vivimos gobernados por un enemigo tan simple y poderoso como es el tiempo. No hay nada que hagamos sin calcular el tiempo que tardaremos. Ya controlamos hasta el tiempo que dormimos, sin hacer caso a nuestros instintos naturales. Pensando en esto y con una sonrisa irónica yo me pregunto lo que nos deberíamos preguntar todos: ¿Para qué temer la muerte si no estamos viviendo?

domingo, 31 de marzo de 2013

TÚ.

Escucha el silencio. Deja que te invada, que te sobrecoja y te haga sentir pequeño. Siente los escalofríos recorrer tu espalda mientras notas la inmensidad a tu alrededor. Respira hondo y deja que la paz se abra paso en tu interior. Reflexiona. Piensa en cualquier cosa que te preocupe, incluso que te haga feliz, da igual. Lo importante eres tú ahora. Estás solo contigo y es incómodo. Pero eres tú, en tu yo más puro. Siente. Deja que lo que piensas te conmueva, y, si te apetece, sonríe, llora o muérdete el labio. Conócete. Depúrate. Vive en paz. 


No sé qué me pasa últimamente que no paro de escuchar esto. Y estoy triste, aunque no tengo motivos. ¿Qué pasa? Quizá necesite algo de silencio.

sábado, 5 de enero de 2013

Open your mind.

Los pequeños placeres me hacen feliz. Un beso en un portal, por ejemplo. El chocolate con churros es un placer casi casi prohibido, solo permitido en días especiales con personas especiales. Solo me he enamorado de verdad una vez, y fue algo precioso. Bueno, el final no tanto. Ahora suelo decir que soy inaccesible (en lo que se refiere a amor). ¿Por qué no iba a serlo? Tiendo a asociar lugares y canciones a personas, tanto a las que quiero como a las que no quiero tanto. Tengo muy mal despertar a no ser que alguien me de los buenos días (con un princesa que le siga, muchas gracias). No suelo desayunar más que un vaso de leche, y si viviese sola creo que moriría de hambre, no se cocinar y no tiene pinta de que esta "no habilidad" vaya a mejorar pronto. Intento hacer buena fotografía, pero no me sale mucho. Hay aspectos de la tecnología que se me dan muy bien y otros que no tanto. Regálame un disco de Love of Lesbian y seré tuya de por vida. También vale con un concierto. No me quites mi música por las mañanas o te arrepentirás, mas que nada porque es lo único que consigue apagar un poco mi mal despertar. ¿Sola en casa? Ya si eso monto la fiesta luego. Lo primero es mi gala personal de OT con instrumentales de canciones que me gusten. Dame un beso en el cuello. Prefiero la sinceridad. ¿Sexo? Si, y si puede ser abundante mejor. Me encanta maquillarme y maquillar a gente. Soy y seré la eterna amiga fea, la segundona en todos los aspectos. Siempre tendré una amiga que viste mejor, otra que se maquilla mejor, otra con más tetas y otra más guapa. He tenido siempre problemas de autoestima que no se curarán, por lo que soy muy insegura. Procura no susurrar delante de mi, gracias, solo conseguirás que desconfíe. Pintauñas de colorines que suelen ir con mi estado de ánimo. Pocos días me verás con una sonrisa de verdad en la cara. Solo 9 personas han tenido ese privilegio mientras he vivido. No juegues conmigo. Si te gusto inténtalo, trata de conseguirlo. Doy consejos que no aplico en mi vida personal, pero que suelen funcionar. Depresiva, dicen. Yo lo secundo. Acércate a mi solo si quieres ayudarme. Si no, ya sabes por donde irte.

lunes, 29 de octubre de 2012

Oniria encuentra a Insomnia, los dos conectan bien.

Puede que al final no sea un reencuentro inesperado en la noche azul. Quizá esto solo sea cosa de Oniria, quizá Insomnia ha despertado por fin, después de tanto ansiarlo. Lo que no sabe es que Oniria todavía sueña con bailar con él en el piso 23, aunque él ya no quiera por aquél día en que la descubrió descalza. Y puede que ya nunca más anden juntos por los cables agarrados, seguros de que en otra vida fueron un mismo ser después de conocerse en el bar "La Bohemia". Nunca más verán sus venas de neón ni se esperarán. Pero los sueños de la pobre Oniria ya nunca más tratan sobre equilibrismos, solo ve una pequeña habitación azul. ¿Será por aquella noche que ella empezó despidiéndose? Nunca lo sabrá. Pero Oniria quiere volver a bailar con Insomnia. Lo echa de menos.

¿Quieres escuchar la canción en la que está inspirada este texto? Pincha aquí.

domingo, 7 de octubre de 2012

A.T. (escrito hace 3 años)

Esas palabras que me solías decir eran preciosas. Se te metían en los oídos y revoloteaban en tu cabeza un ratito, contentas de saber que estaban haciendote feliz por un instante. Recuerdo que siempre las decías después de esos besos tan tuyos, de esos que tanto me gustaban. Nada más verme, tu sonrisa iluminaba la calle entera, y eso me gustaba. Mucho. Aún recuerdo el día en que de tu boca salió algo distinto de lo habitual. "Se nos ha acabado el amor" dijiste. Y te fuiste sin más, sin un beso de los que me gustaban, sin una sonrisa de la que acordarse. Nada de nada. Como si esas palabras salidas de tu boca, con esa sonrisa enamorada, no hubieran existido nunca. Já, solté. Y no volví a reir más hasta hoy.

(Nunca mencionéis a cupido delante de mi.)

jueves, 28 de junio de 2012

It's over.

Es impresionante lo rápido que se puede ir todo a la mierda. Puedes haber puesto de tu parte todo, haber intentado cualquier cosa por la otra persona, y aún así, no será capaz de valorarlo. Porque, ya dicen los mayores que en el amor siempre hay uno que quiere más que el otro, uno que da más que el otro. E incluso con estas, el que da más siempre quiere más, da todo su corazón a una persona que tiene dudas y no las expresa, que hace cosas para hacer daño, que juega con la otra y, al final, termina dejando todo aparte. Y la persona que sí que quiere se hunde, llora, y se encierra en su mundo. Bien, en este punto estoy yo. Gracias por utilizarme como pelota antiestrés, como juguetito sexual. Gracias por hacer que se ria media ciudad de mi. Lo que peor me sienta es, que a pesar de todo, te sigo queriendo. Pero te odio a la vez.

domingo, 25 de diciembre de 2011

20

Tú. Tus besos, tu sonrisa, tus ironías. Tus experiencias, tus consejos. Tus ganas. Y yo. Yo y mi corazón. Yo y mis "Se me hace raro no haberme puesto el vestido para que lo veas". Nosotros.