martes, 27 de abril de 2010

Laura.

A Laura le gustaba andar descalza por la hierba en verano. La playa en cambio, no le gustaba nada. Le apasionaban los libros con más de trescientas páginas y sin dibujos, pero odiaba los libros aburridos. Las bandas sonoras de películas de amor le volvían loca, con sus canciones cursis. Al contrario, las canciones empalagosas la ponían enferma. Era como bipolar. Un día quería a Luis y al día siguiente le dejaba tirado en un bar. No la entendíamos. No queríamos entenderla. Un día estaba alegre. Al siguiente depresiva. No sabíamos que hacer con ella. Y no lo supimos. Se despidió con una carta en la que garabateó un adios, antes de caer inerte al suelo. Adios, Laura. Aún te echamos de menos.

domingo, 4 de abril de 2010

Gonzalo observaba a Clara en silencio. Le encantaba verla dormir, sobre todo con ese minúsculo camisón azúl. Su mano, que acariciaba su pelo rubio, se movía rítmica y acompasadamente, al ritmo de su respiración. La chica soñaba con castillos y princesas, acurrucada en un rinconcito de la cama. Gonzalo decidió interrumpirla. Con las yemas de sus dedos, comenzó a tocar su pequeño pie, buscándole las cosquillas. La chica no tardó mucho en soltar una carcajada.
- Tienes los pies fríos, Clara. Pónte unos calcetines.
- No. A mis dedos les gusta moverse, y con calcetines no están cómodos.
- Joder, Clara, que rara eres, cada día más.
- Anda calla y dame un beso bobo, a ver si se me pasa el frío.
PS: Hoy no tengo foto. Ya conseguiré una.