miércoles, 26 de febrero de 2014

Un pequeño cuento.

Érase un hombre que vivía enamorado de una musa. Una mujer que, para él, era la más bella. Le gustaba compararla con la Luna que brillaba en el cielo en las noches de verano. Para él, ella era la cosa más brillante. Un día, su musa se quedó dormida. Él, después de observarla un rato, salió a la ventana a observar la Luna llena de aquella noche de Junio. Después de mirarla hasta que le dolieron los ojos, entró a la habitación a ver a su amada. Pero, al mirarla, se dio cuenta de una verdad que le cambió.

Estaba enamorado de la Luna,
no de su musa.