jueves, 10 de marzo de 2011

Lc

(...) La luz de la luna inundaba la habitación en la que esas dos personas se encontraban, comiéndose a besos.  Un rubor inundaba las blancas mejillas de ella, estaba asustada. El deseo le pudo, y entre susurros le  dijo que era el primero, que tuviera cuidado. No sabía como actuar, ni qué hacer, pero la tranquilidad de aquel chico le transmitía una seguridad poco frecuente en ella. Le hacía sentirse bien, como en casa. Y volaron, se tocaron las alas, bebieron el uno del otro. Ella profundamente enamorada, él tanto como ella. Fue una noche bonita por lo menos para ella, porque, a pesar de la distancia, consiguió lo que tanto tiempo había buscado. Los besos de ese chico, y con un añadido muy especial, que haría que no se olvidaran nunca el uno del otro.(...) [Lo prometido es deuda] http://www.youtube.com/watch?v=9YxKcBycmVg

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